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jueves, 28 de agosto de 2008

EL ARTE DEL NINJUTSU

El Ninjitsu fue, como tal, un sistema de espionaje japonés, que floreció entre los siglos Xlll y XVll; un período de tiempo en el que lo “señores de la guerra” luchaban por el poder. Los “Ninjas”, guerreros japoneses que practicaban ese arte, eran considerados como espías, asesinos y terroristas por los denominados “señores”. Cuando había misiones de todo punto imposible para los guerreros normales, estaban las familias “Ninjas” que se otorgaban al mejor postor. Aunque estos servicios eran ofrecidos a cualquiera que pudiera pagarlos, las familias de Iga y Koga, brillaban por derecho propio y eran dueños absolutos del territorio en donde vivían.
En ninjitsu apareció durante el siglo lX por medio de las familias que vivían en las montañas en las afueras de Kyoto, quienes precticaban artes traídas de China y más concretamente de la zona del Tibet. Este tipo de artes y enseñanzas eran o estaban basadas en la observación de la naturaleza de los monjes chinos, que en la mayoría de los casos eran prófugos de la política de su país. Habían escapado de China durante la dinastía Tang.
Durante aquella época las enseñanzas religiosas del gobierno estaban en oposición directa a este tipo de enseñanzas o prácticas. Como resultado de ello, hubo una serie de separaciones considerables y los grupos ninja se marcharon de los centros urbanos. Fue por esta época cuando los ninja comenzaron a convertir sus técnicas y habilidades en un método de supervivencia. Eran presas del gobierno.
Debido a sus connotaciones, los ninjas nunca tuvieron nombres dentro de sus clanes, al igual que los samurais, sino que por el contrario solían permanecer de forma anónima y viviendo en grupos, aunque de forma dispersa unos de otros.
El ninjitsu fue un “arte de las sombras” que evolucionó de forma y en dirección contraria a las normas establecidas por los guerreros Samurai y su código de honor. El Samurai tenía un nombre, una familia, un código de honor que mantener, etc… el ninja no tenía un nombre que proteger, su misión era terminar el trabajo encomendado. Sus medios, ser silencioso y cauto… pero letal al mismo tiempo. Contrariamente al enfrentamiento cara a cara del Samurai, los ninjas preferían la oscuridad, el engaño, etc… como medios para llevar a cabo su tarea encomendada.
Su mayor reconocimiento ocurrió en el siglo Xlll. El motivo era que los ninja podían llevar a cabo una serie de misiones que el Samurai, o bien no podía por su posición o bien no estaba capacitado para ello. Esta fue el motivo por el cual el arte del Ninjitsu volvió a florecer y estuvo en gran demanda. Cuando los grupos de Ninjas se dieron cuenta de su valor y del “poder” de sus técnicas en aquellos enfrentamientos entre señores Samurais, llegaron a convertirlo en su profesión. Eran pagados por realizar misiones… que podían conducir a la muerte. Muchos de estos practicantes habían abandonado las facetas de tipo religioso asociadas con el arte 300 años antes, convirtiéndolo en una ciencia estrictamente de dimensiones militares.
Las leyendas nos cuentan que los ninjas eran capaces de realizar hechos y misiones sin parangón en las historias actuales de la ciencia ficción. El ninja incorporaba la disciplina del Bushido con las diferentes técnicas de combate como “Iaijitsu” (uso de la espada) “Yarijitsu” (uso de la lanza), “Bojutsu” (uso del palo largo), “Kyujutsu” (arte de la arquería), etc… El guerrero ninja no sólo era diestro en el manejo de este tipo de armas tradicionales sino que por el contrario dominaba de forma asombrosa una serie de aparatos e instrumentos como dardos, cuchillos, dagas arrojadizas, ganchos, cuerdas, bombas de humo, estrellas (shuriken),… junto a un largo etc. que eran parte integrante de su arsenal de combate.
Además de este tipo de entrenamiento, el ninja era capaz de ejercer un asombroso control de su respiración y sistema muscular. Los expertos podían realizar hechos como, permanecer largo tiempo debajo del agua, parecer muerto ante sus oponentes por medio del control de la respiración e incluso dislocarse ciertas articulaciones del cuerpo para escaparse de los nudos o correajes que le habían puesto si había sido capturado. Su entrenamietno solía empezar cuando eran niños, debido a esto, podían correr más que un humano normal, saltar más alto y nadar más distancia que otras personas. Lo que les hacía parecer seres “mágicos”. Era capaz de escalar fortalezas que harían asustarse incluso a un Samurai. Si la ocasión lo requería el ninja era un verdadero maestro y artista de las técnicas de escape. Podía esconderse debajo del suelo, en el techo, e incluso permanecer, como ya se ha mencionado, horas debajo del agua… esta vez con el uso de pajas y hojas para respirar. Tenían una habilidad asombrosa para camuflarse con el terreno y desaparecer enfrente de los oponentes. La razón de su vestimenta, en color negro, era que la mayoría de sus misiones se efectuaban por la noche y este traje negro (”Shozoku”) le ayudaba a pasar desapercibido… convirtiéndose en “una sombra nocturna”. Durante el invierno, y debido a la nieve, cambiaba su uniforme por el color blanco con el fin de identificarse aún más con la naturaleza y no ser visto llegó a darle al ninja el calificativo de “asesino invisible”. Años más tarde se ligó este aspecto al arte de tal manera que el “Nitjitsu” fue, y aún sigue siendo, llamado “el arte de la invisibilidad”.
El ninja era un consumado actor y un verdadero maestro de los disfraces. Un día podía vestirse de monje y al siguiente aparecer tanto de carpintero como de soldado. Según la creencia más extendida, el ninja nunca aparecía en público sin un disfraz.
Debido a sus constantes cambios de localización, el guerrero ninja llegaba a adoptar por completo las costumbres, el dialecto y el estilo de vida que los habitantes del lugar en donde se encontrara. Cuando era enviado a una misión, lo primero que hacía era estudiar minuciosamente el terreno, de forma que en un momento dado supiera la localización perfecta del lugar, los sitios para esconderse y las rutas más convenientes para su acceso y escape.
Como experto en el terreno de la supervivencia, el ninja era un excelente cocinero, un destacado farmacéutico y un asombroso químico. No solo preparaba su propia comida, sino que lo mismo hacía con los venenos, las bombas y otro tipo de ayudas para su misión. Eran contratados, la mayoría de las veces, para robar información de guerra, despistar al contrario e incluso matar a un enemigo en concreto. Curiosamente las misiones más complicadas y difíciles eran aceptadas tanto por el desafío que en sí suponían como por el dinero pagado por efectuarla.
Cuando un ninja moría, otro nuevo miembro recién nacido en la familia le sucedía. Muy pocos extraños y ajenos al clan familiar llegaban a recibir instrucción en las artes del Ninjitsu. El permanecer en secreto era parte primordial de la existencia del clan, por ello la desconfianza era natural, y los Maestros del Arte eran desconocidos. Los traidores por los cuales los ninjas eran descubiertos, eran principalmente algún familiar. El verdadero ninja llegaba a suicidarse antes que dejarse atrapar y ser torturado. La razón era bien clara. La pena por los “señores” guerreros a los ninjas capturados, era o bien quemarlos vivos o despellejarlos hasta morir.
La unificación de Japón trajo como consecuencia un alto en la evolución guerrera de los ninja como tales. Se llegó a tal grado en el siglo XVll que la mera mención del nombre podría acarrear la muerte como castigo. Debido a la nueva ley, solo un pequeño grupo continuó practicando el arte siendo más secreto que nunca. Bajo este tipo de condiciones, el arte del Ninjitsu, llegó a ser un arte en extinción. En la actualidad solo unos pocos Maestros del arte continúan su enseñanza.
LOLY.

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