El masaje tradicional tailandés o nûat thai como se le conoce en Tailandia forma parte de la medicina tradicional tailandesa, cuyo origen se remonta a más de 2.500 años. Su fundación se atribuye a un legendario médico del norte de la India llamado Jivaka Kumar Bhaccha, de quien se hace mención en los tradicionales cánones pâli y está identificado como médico de cabecera de la comunidad original de monjes que se agrupaban en torno a Buda.
El masaje tradicional tailandés se desarrolló en el contexto de la comunidad budista theravada y entró en Tailandia con la inmigración de monjes budistas alrededor del siglo II a.C. Siguiendo la tradición de las enseñanzas religiosas, el aprendizaje práctico y los conocimientos de este trabajo corporal sagrado y milenario se transmitieron oralmente de maestros a discípulos, siendo principalmente en los watts (templos o monasterios) donde se enseña y se practica, ya que los tailandeses han acudido siempre a éstos en busca de ayuda, ya sea física, emocional o espiritual.
El Masaje Tailandés: Una tradición budista.
La medicina tradicional tailandesa ha es-tado siempre unida a los principios espirituales del budismo, por lo que la aplicación del masaje tailandés se considera como una forma de práctica meditativa donde se desarrollan los 4 estados sublimes del alma o brahma-viharas que, según el budismo theravada son necesarios para alcanzar la felicidad:
-Metta: amor benevolente, deseo de hacer a otros felices y generosidad.
-Karuna: compasión por los que sufren con el deseo de aliviar sus sufrimientos.
-Mudita: alegría y regocijo con los que tienen buena fortuna, sin sentir envidia.
-Upekkha: ecuanimidad, deseo de ayudar, sin prejuicios ni preferencias.
Para que el masaje funcione como una verdadera sesión curativa, quien lo da debe poner en práctica esos 4 principios,y buscar la liberación del sufrimiento.
El masaje tailandés es una coreografía serena que combina estiramientos asistidos con suaves presiones. Es un método excelente para reequilibrar la estructura corporal, mental y emocional, permitiendo que florezca la potencialidad de cada ser.
El masaje tradicional tailandés es un método fantástico para mantener y mejorar la movilidad, la flexibilidad y la energía vital. Es beneficioso para todas las personas, tanto para las sedentarias como para las que llevan una vida plena de actividad física.
Este trabajo corporal reduce al mínimo las posibles lesiones en las articulaciones, los ligamentos y los músculos. Mejora la circulación sanguínea y linfática, tonifica el sistema nervioso y fortalece el inmunitario. Asimismo, proporciona bienestar al liberar la tensión generada por el estrés, y armoniza los aspectos psicofísicos y más sutiles del ser humano.
El masaje tradicional tailandés aplica presiones estáticas y rítmicas que comprimen el tejido blando, junto a estiramientos que producen una elongación máxima y estimulan la vasta red de terminaciones nerviosas que se encuentran en la zona que se trabaja en cada momento. Por medio del sistema nervioso central, este estímulo es enviado al cerebro, que responde con impulsos que afectan a otras partes del cuerpo, incluidas las funciones orgánicas. Éstas son estimuladas o sedadas, según la intensidad y la duración de la presión o el estiramiento, en función de la necesidad terapéutica.
Este masaje también se utiliza como tratamiento curativo y preventivo para alcanzar el equilibrio del prana o energía esencial y recuperar la flexibilidad y libertad de movimientos con la que venimos al mundo.
PRINCIPIOS TECNICOS DEL MASAJE TRADICIONAL TAILANDES:
Quizá lo más particular de este trabajo corporal son los principios técnicos de su práctica, en la que se van entretejiendo con un ritmo lento y dinámico una serie de estiramientos pasivos con presiones estáticas, realizados en las 4 posiciones que adopta el receptor.
Aplicar correctamente los estiramientos y presiones requiere por un lado dominar los recursos técnicos, y por otro desarrollar una destreza natural para moverse con equilibrio, ritmo y fluidez consiguiendo la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo.
Los principios técnicos más importantes para una buena práctica de masaje tradicional tailandés son:
• La postura del dador: Antes de aprender a realizar un estiramiento o una presión es importante dominar las posturas adecuadas, ya que éstas involucran a todo el cuerpo y sus niveles de energía. Es fundamental dominar el peso del cuerpo y mantener su equilibrio, evitando usar la fuerza de las manos y los brazos. De la correcta postura del dador depende el éxito de la sesión.
• La respiración: Es el recurso más poderoso que poseemos. Respirar conscientemente permite centrar la atención y alcanzar los más altos niveles de energía, fuerza y capacidad de relajación profunda. Si se mantiene la atención respirando con cada movimiento que se realiza se evitará sobrecargarse y fatigarse innecesariamente.
• Actitud mental de totalidad: El dador debe tener siempre presente la totalidad del receptor, percibir su estado físico, mental y emocional. Con una práctica consecuente y consciente se podrá alcanzar la habilidad de observación global necesaria, sin esfuerzo alguno.
• Las presiones: Para ejercer las presiones se utilizan diferentes partes del cuerpo: manos, dedos, codos, rodillas y pies. Siempre se aplican lentamente de manera continua y sostenida, aumentando progresivamente y respetando la sensibilidad del receptor para no causarle daño. La presión justa y correcta varía de una persona a otra, ya que no sólo está condicionada por su complexión física, sino también por el estado emocional y mental del individuo en el momento de recibirla.
• Estiramientos: Un amplio y elaborado método de estiramientos asistidos confieren al masaje tradicional tailandés cualidades únicas y altamente apreciadas por las ventajas que ofrece frente a otras formas de masaje.
En el momento de realizar los estiramientos es importante estar consciente de lo que estamos haciendo y seguir los pasos necesarios para alcanzar los beneficios que buscamos. Poniendo gran conciencia en la respiración, hay que estar atentos a la postura del receptor, controlar los segmentos articulares y realizar el estiramiento lentamente hasta alcanzar la mayor elongación posible, sin causar ningún tipo de dolor ni activar las defensas que protegen los husos neuromusculares.
El tiempo del estiramiento varía entre 5 y 10 segundos, mientras se realiza una inspiración y una espiración. La recuperación del movimiento debe hacerse con lentitud y suavidad. Si se está atento y consciente y se respetan las señales indicadoras del dolor del receptor, no se causará daño alguno a la unidad neuromuscular, ayudándole a re- cuperar y aumentar su flexibilidad de una manera sorprendente.
UNA SESION COMPLETA DE MASAJE TAILANDES
La sesión se inicia con una toma de contacto en los pies del receptor, tendido boca arriba. Se realiza un calentamiento en la extremidad inferior con presiones palmares y se trabajan los pies con presiones digitales. Luego se continúa con los estiramientos de las piernas que también se trabajan energéticamente con ayuda de los pies. Se empieza a abordar el torso por el abdomen, se realizan presiones sobre el pecho y estiramientos de brazos y manos. Luego se tratan el cuello, la cabeza y la cara. Con el receptor tendido de lado se aplican presiones y estiramientos en las piernas y la espalda que evocan posturas de yoga e involucran cadenas musculares. Vuelve a trabajarse el cuerpo de los pies a la cabeza con la persona boca abajo y se concluye con estiramientos de la espalda, la nuca y la cabeza en posición sentada.
El masaje tradicional tailandés se desarrolló en el contexto de la comunidad budista theravada y entró en Tailandia con la inmigración de monjes budistas alrededor del siglo II a.C. Siguiendo la tradición de las enseñanzas religiosas, el aprendizaje práctico y los conocimientos de este trabajo corporal sagrado y milenario se transmitieron oralmente de maestros a discípulos, siendo principalmente en los watts (templos o monasterios) donde se enseña y se practica, ya que los tailandeses han acudido siempre a éstos en busca de ayuda, ya sea física, emocional o espiritual.
El Masaje Tailandés: Una tradición budista.
La medicina tradicional tailandesa ha es-tado siempre unida a los principios espirituales del budismo, por lo que la aplicación del masaje tailandés se considera como una forma de práctica meditativa donde se desarrollan los 4 estados sublimes del alma o brahma-viharas que, según el budismo theravada son necesarios para alcanzar la felicidad:
-Metta: amor benevolente, deseo de hacer a otros felices y generosidad.
-Karuna: compasión por los que sufren con el deseo de aliviar sus sufrimientos.
-Mudita: alegría y regocijo con los que tienen buena fortuna, sin sentir envidia.
-Upekkha: ecuanimidad, deseo de ayudar, sin prejuicios ni preferencias.
Para que el masaje funcione como una verdadera sesión curativa, quien lo da debe poner en práctica esos 4 principios,y buscar la liberación del sufrimiento.
El masaje tailandés es una coreografía serena que combina estiramientos asistidos con suaves presiones. Es un método excelente para reequilibrar la estructura corporal, mental y emocional, permitiendo que florezca la potencialidad de cada ser.
El masaje tradicional tailandés es un método fantástico para mantener y mejorar la movilidad, la flexibilidad y la energía vital. Es beneficioso para todas las personas, tanto para las sedentarias como para las que llevan una vida plena de actividad física.
Este trabajo corporal reduce al mínimo las posibles lesiones en las articulaciones, los ligamentos y los músculos. Mejora la circulación sanguínea y linfática, tonifica el sistema nervioso y fortalece el inmunitario. Asimismo, proporciona bienestar al liberar la tensión generada por el estrés, y armoniza los aspectos psicofísicos y más sutiles del ser humano.
El masaje tradicional tailandés aplica presiones estáticas y rítmicas que comprimen el tejido blando, junto a estiramientos que producen una elongación máxima y estimulan la vasta red de terminaciones nerviosas que se encuentran en la zona que se trabaja en cada momento. Por medio del sistema nervioso central, este estímulo es enviado al cerebro, que responde con impulsos que afectan a otras partes del cuerpo, incluidas las funciones orgánicas. Éstas son estimuladas o sedadas, según la intensidad y la duración de la presión o el estiramiento, en función de la necesidad terapéutica.
Este masaje también se utiliza como tratamiento curativo y preventivo para alcanzar el equilibrio del prana o energía esencial y recuperar la flexibilidad y libertad de movimientos con la que venimos al mundo.
PRINCIPIOS TECNICOS DEL MASAJE TRADICIONAL TAILANDES:
Quizá lo más particular de este trabajo corporal son los principios técnicos de su práctica, en la que se van entretejiendo con un ritmo lento y dinámico una serie de estiramientos pasivos con presiones estáticas, realizados en las 4 posiciones que adopta el receptor.
Aplicar correctamente los estiramientos y presiones requiere por un lado dominar los recursos técnicos, y por otro desarrollar una destreza natural para moverse con equilibrio, ritmo y fluidez consiguiendo la máxima eficacia con el mínimo esfuerzo.
Los principios técnicos más importantes para una buena práctica de masaje tradicional tailandés son:
• La postura del dador: Antes de aprender a realizar un estiramiento o una presión es importante dominar las posturas adecuadas, ya que éstas involucran a todo el cuerpo y sus niveles de energía. Es fundamental dominar el peso del cuerpo y mantener su equilibrio, evitando usar la fuerza de las manos y los brazos. De la correcta postura del dador depende el éxito de la sesión.
• La respiración: Es el recurso más poderoso que poseemos. Respirar conscientemente permite centrar la atención y alcanzar los más altos niveles de energía, fuerza y capacidad de relajación profunda. Si se mantiene la atención respirando con cada movimiento que se realiza se evitará sobrecargarse y fatigarse innecesariamente.
• Actitud mental de totalidad: El dador debe tener siempre presente la totalidad del receptor, percibir su estado físico, mental y emocional. Con una práctica consecuente y consciente se podrá alcanzar la habilidad de observación global necesaria, sin esfuerzo alguno.
• Las presiones: Para ejercer las presiones se utilizan diferentes partes del cuerpo: manos, dedos, codos, rodillas y pies. Siempre se aplican lentamente de manera continua y sostenida, aumentando progresivamente y respetando la sensibilidad del receptor para no causarle daño. La presión justa y correcta varía de una persona a otra, ya que no sólo está condicionada por su complexión física, sino también por el estado emocional y mental del individuo en el momento de recibirla.
• Estiramientos: Un amplio y elaborado método de estiramientos asistidos confieren al masaje tradicional tailandés cualidades únicas y altamente apreciadas por las ventajas que ofrece frente a otras formas de masaje.
En el momento de realizar los estiramientos es importante estar consciente de lo que estamos haciendo y seguir los pasos necesarios para alcanzar los beneficios que buscamos. Poniendo gran conciencia en la respiración, hay que estar atentos a la postura del receptor, controlar los segmentos articulares y realizar el estiramiento lentamente hasta alcanzar la mayor elongación posible, sin causar ningún tipo de dolor ni activar las defensas que protegen los husos neuromusculares.
El tiempo del estiramiento varía entre 5 y 10 segundos, mientras se realiza una inspiración y una espiración. La recuperación del movimiento debe hacerse con lentitud y suavidad. Si se está atento y consciente y se respetan las señales indicadoras del dolor del receptor, no se causará daño alguno a la unidad neuromuscular, ayudándole a re- cuperar y aumentar su flexibilidad de una manera sorprendente.
UNA SESION COMPLETA DE MASAJE TAILANDES
La sesión se inicia con una toma de contacto en los pies del receptor, tendido boca arriba. Se realiza un calentamiento en la extremidad inferior con presiones palmares y se trabajan los pies con presiones digitales. Luego se continúa con los estiramientos de las piernas que también se trabajan energéticamente con ayuda de los pies. Se empieza a abordar el torso por el abdomen, se realizan presiones sobre el pecho y estiramientos de brazos y manos. Luego se tratan el cuello, la cabeza y la cara. Con el receptor tendido de lado se aplican presiones y estiramientos en las piernas y la espalda que evocan posturas de yoga e involucran cadenas musculares. Vuelve a trabajarse el cuerpo de los pies a la cabeza con la persona boca abajo y se concluye con estiramientos de la espalda, la nuca y la cabeza en posición sentada.
LOLY.
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