Cuentan, que cuando escuchas una sirena cantar, sientes un hechizo especial, ya que son hadas del mar y su música encanta a quien la escucha.Estos seres de voz sedosa, cabello largo y cuerpo esbelto, contagian con su risa y hacen que quien las escuche, desee quedarse con ellas para siempre.
Quien ha tenido la suerte de verlas, ¡nunca las ha olvidado! Para los antiguos griegos, las sirenas eran los espíritus elementales del agua. Ellos les dieron nombre a todas las razas de las ninfas.En cuanto al verdadero origen de las sirenas. Es díficil de averiguar. Se dice que la primera mujer-pez fue conocida como Atargatis, diosa de la Luna, protectora de la fecundidad y el amor. Fue perseguida por Mopsos y se sumergió en el lago Ascalón con su hijo. Se salvó gracias a su cola de pez.Esta leyenda se confunde con la de la diosa siria Derceto, quien también se arrojó a las aguas del mismo lago tras matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a su hija.Derceto recibió la cola de pez como símbolo de su pecado y, su hija fue criada por las palomas convirtiéndose en Semíramis, reina de Babilonia. hic sunt sirenae (Aquí están las sirenas).Hasta en los mapas del Renacimiento se podía leer esta frase en latín en medio del área destinada al Océano.
Incluso Cristóbal Colón aseguró que sus hombres y él habían visto sirenas, aunque no tan bellas como cuentan las leyendas.
En 1823, en la Antártida, también se contó haber visto una sirena. Ésta tenía el cabello de color verde. Y en 1869, otra sirena, con el cabello azul apareció en las Bahamas. En Liérganes (España), cuentan las historias que existe un hombre-pez en el río Ebro.
En la mitología griega, las sirenas viven en una isla del Mediterráneo. Su canto es tan bello que los marinos que las escuchan no pueden resistírseles y dirigen sus naves contra los arrecifes. Los supervivientes son asesinados sin piedad. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas. Siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros. Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser fuertemente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento.
Quien ha tenido la suerte de verlas, ¡nunca las ha olvidado! Para los antiguos griegos, las sirenas eran los espíritus elementales del agua. Ellos les dieron nombre a todas las razas de las ninfas.En cuanto al verdadero origen de las sirenas. Es díficil de averiguar. Se dice que la primera mujer-pez fue conocida como Atargatis, diosa de la Luna, protectora de la fecundidad y el amor. Fue perseguida por Mopsos y se sumergió en el lago Ascalón con su hijo. Se salvó gracias a su cola de pez.Esta leyenda se confunde con la de la diosa siria Derceto, quien también se arrojó a las aguas del mismo lago tras matar a uno de sus sacerdotes y abandonar a su hija.Derceto recibió la cola de pez como símbolo de su pecado y, su hija fue criada por las palomas convirtiéndose en Semíramis, reina de Babilonia. hic sunt sirenae (Aquí están las sirenas).Hasta en los mapas del Renacimiento se podía leer esta frase en latín en medio del área destinada al Océano.
Incluso Cristóbal Colón aseguró que sus hombres y él habían visto sirenas, aunque no tan bellas como cuentan las leyendas.
En 1823, en la Antártida, también se contó haber visto una sirena. Ésta tenía el cabello de color verde. Y en 1869, otra sirena, con el cabello azul apareció en las Bahamas. En Liérganes (España), cuentan las historias que existe un hombre-pez en el río Ebro.
En la mitología griega, las sirenas viven en una isla del Mediterráneo. Su canto es tan bello que los marinos que las escuchan no pueden resistírseles y dirigen sus naves contra los arrecifes. Los supervivientes son asesinados sin piedad. Cuando Ulises abandona la morada de la hechicera Circe, sabe que debe pasar cerca de la isla de las sirenas. Siguiendo los consejos de la hechicera, el astuto héroe recurre a una estratagema que le permitirá oír y no obstante salvar la nave y a sus compañeros. Tapa los oídos de sus hombres con cera después de haberles pedido ser fuertemente atado al mástil. Así podrá saciar su curiosidad escuchando el canto de las sirenas, sin ceder a su encantamiento.
El cuerpo de las sirenas, a pesar de vivir en el océano y de lo que tradicionalmente se ha representado, está formado por un cuerpo de mujer y aleta.Su voz, de una inmensa dulzura y musicalidad atrae a los marineros.
Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por su canto, una de ellas debía morir. Esto fue lo que sucedió con Ulises. Obligó a todos sus marineros a taparse los oídos y nadie resultó herido. Él mismo se hizo atar al mastil del barco para no poderse tirar al mar cuando escuchara el canto de las sirenas.Como consecuencia de ello, una sirena tuvo que morir: Parténope.Fue enterrada con honores en la playa y el lugar donde fue enterrada se transformó en Nápoles, también llamada antiguamente Parténope.
Las sirenas, hoy en día, siguen siendo una bonita leyenda...¿o quizás realidad?
Sin embargo, si un hombre era capaz de oírlas sin sentirse atraído por su canto, una de ellas debía morir. Esto fue lo que sucedió con Ulises. Obligó a todos sus marineros a taparse los oídos y nadie resultó herido. Él mismo se hizo atar al mastil del barco para no poderse tirar al mar cuando escuchara el canto de las sirenas.Como consecuencia de ello, una sirena tuvo que morir: Parténope.Fue enterrada con honores en la playa y el lugar donde fue enterrada se transformó en Nápoles, también llamada antiguamente Parténope.
Las sirenas, hoy en día, siguen siendo una bonita leyenda...¿o quizás realidad?
LOLY.
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